jueves, 25 de noviembre de 2010

Danza contemporánea. Diálogo que exige emociones



No puedes oírme hablar o leer lo que pienso de la Danza contemporánea sin darte cuenta, de que me enamora, me vuelve "loquita la cabeza". El asunto, es que ni me atrevo, sin un buen coreógrafo, pero una vez tengo un profesional a tiro, me lanzo de cabeza o el coreógrafo se lanza de cabeza conmigo a sufrir miles de migrañas seguidas. Aunque seamos serios, prefiero verlos a ellos acariciar el espacio escénico mientras levantan en volandas su peso para contar "peazo" de cuentos que aparecen de tanto arañar el alma, rompiéndoles las seseras hasta que salen emociones convertidas en miles de cuentas o no cuentas. 


Mis mejores amigos, son bailarines de contemporáneo, uno es amigo de la infancia y yo lo conocí siendo estatua que queda varada en la playa, quieto, quieto y sin embargo, bailaba. Chácharas, debates y miles de experiencias compartidas para saber, que almas como la suya, son imprescindibles cuando la vida necesita gozar de libertad para que nazca el movimiento. Vidas imprescindibles para que me pregunten ¿No ves que existe esa vértebra y que tienes unos pies que te llevan? y que me sermonean "No pongas esa posición de pies, eso es antinatural, te romperás la espalda" y que me halagan "Eres tan, tan, tan ... ¿no lo ves?". Ellos ven como se expresa el alma en todo tu cuerpo y reclaman que estés para que todos puedan apreciarlo.  Pero yo también les reclamo ¿Cómo es que no hablas? ¿Donde está la historia y el cuento? No me digas más, ¿Resulta que debes encontrar la vocal del movimiento, como yo la busco en las palabras?. Juntos buscamos partituras y las lanzamos al aire para que el viento las toque y nos deleite por dentro y por fuera hasta  invitarnos a quedarnos quietos para gozar del arte entero. Nos movemos y nos volvemos locos, buscando la madre, la misma "madre" del movimiento para que, en Barcelona, se rían todas las palomas en la Plaza Real.


De esta disciplina se que si alguien quiere saber lo que es esfuerzo tienen que conocerlos. Si alguien quiere aprender a conectar alma, con mente y cuerpo tienen que conocerlos. Si quieren saber de donde y hasta donde llegas con solo mover un dedo tienen que conocerlos. Si quieren saber las vueltas que da el viento, tienen que conocerlos y yo en medio, gritándoles pero, pero ... ¿Y el conflicto? mira que tiro esto al suelo, a ver si, por casualidad, se os mueve alguno de vuestro pelos. Ellos son  unos magníficos expertos en el control del primer círculo escénico aunque tienden a moverse lento, lento cuando del primero hay que pasar al segundo y al tercero


Saben contar historias y saben sacar de dentro mensajes complicados que hablan de emociones. Son dúctiles y fuertes como el bambú que conoce los límites pero que tuerce hasta el infinito toda su estructura. Sus equipos siempre muestran una gran excelencia en trabajo duro físico y mental para lograr sacar emociones profundas. Hacen de la mecánica un arte improvisador y son canales perfectos para trasladar grandes contenidos y millones de mensajes. Equipos y artistas que adoran enseñar a caminar y a saber estar, sobretodo, a quien no tiene hábitos viciados de bailarín viejo.


Yo los adoro, así a lo bestia. 

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