Ricardo Corazón de melón en Twitter, una propuesta que recorrió lentamente mi TL en Twitter que no puede ser desestimada por su alto valor como material de cuento ¿No te parece? Además, como que me gusta el reto de que personaje que lleva a lomos del viento, termine relacionándose con el material flexible que salpica todo este blog. (No lo intentes, aunque esté en azul, en realidad no hay enlace. Estimé oportuno darle relevancia en color con el simple objetivo de que también le prestaras atención)
Definitivamente, un amante de las cruzadas, no tenía más remedio, cayendo por el túnel del tiempo hasta época tan "extraña" como la que estamos viviendo que terminar tecleando letras en un perfil de Twitter cualquiera pero lo que capta una estructura dramática sin precedentes es el título ganado de Corazón de Melón. Sin duda, un Ricardo de cruzadas, salpicando TL ajeno, que se gana la mención de corazón de melón debe ocupar la mente enfebrecida de un escritor viejo, con bastón y perilla naranja que, con una amiga aventurera, tanto se va de cañas como recorre paisajes en busca de buen material de cuentos. Así que sin más dilaciones saca la lupa de Scherlock que yo tomaré, al paso, la mochila y un paraguas con el que dejarnos caer lentamente por la mente y la vida de personaje tan suculento.
Del como llegó Ricardo desde la época de las cruzadas hasta el inicio de la era de la información, no vamos a dar cuenta en este pequeño relato, porque siendo todo ello material de gran cuento, sin embargo, los lectores teniendo ya entrenadas "ciertas" dotes de adivinadores, primero habrán visto películas de donde podrán extraer suposiciones, que más tarde o más temprano, terminaran confirmándose y segundo, entiendo que resulta más atractivo que les dejemos recordar que si bien Ricardo caído desde el pasado parece sorprender la imaginación, sin embargo, se puede seguir despacio, despacio el hilo, de entre todos los cuentos de este blog, hasta terminar haciendo una suposición tan afiebrada como la mente de quien escribe, no en vano, resulta fácil imaginar que Ricardo y Arturo viajando, viajando, viajando, a través de tiempo, caerán, sin duda alguna, en la casa de Juanito el de los rododendros y caerán allí, justo porque es donde tú y yo siempre caemos vengamos de dar un paseo por la Vía Lactea, de camino de recoger un Oscar o un pepito en cualquier taberna de Huertas.
Si bien le conocimos en casa de Juanito, es preciso contar que durante un tiempo largo, más que en casa de Juanito, terminamos encontrándolo, a diario, por los díscolos ámbitos de la noche madrileña, perdido y triste, no podía dejar de contemplar la hermosa pero herrumbrosa armadura, colgada de un perchero en su salón, que en noches solitarias le gritaba "Con todo lo que hay que hacer y tú aquí andas en nada" Sorprendentemente, fue el Pirata de la Noche, quien en un alarde de juegos de apariencia sacó su I phone para mostrarle la magia de Twitter y aquella misma noche, tomó su armadura, su espada y reventó el teclado. Dice Ricardo que de puro viejo, su corazón, al ver jóvenes tan creativos y dispuestos, pudo contemplar el futuro con más calma y de la calma brotó, de su corazón, un melón absolutamente fresco que repartió sobrevolando su TL a tod@s los que allí estaban, en aquel momento.
Ricardo Corazón de Melón había dejado el recuerdo de un pasado glorioso por darse de bruces con un futuro más generoso. De las leyendas viejas, pasará a convertirse en un héroe nuevo que dibuja futuros y mientras nos acompaña en un paseo lento por los caminos que dibujan los rododendros hasta llegar hasta la casa de nuestro amigo, aquel que sigue viviendo en Australia.
Al final, ni lupa, ni mochila nos hizo falta. Un ratito de cháchara en uno de esos bancos que adornan aceras y recordando, recordando hemos comenzado un nuevo cuento que se engancha a cuentos viejos.
Me enganchó, lo leí y me gustó ;-)
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