viernes, 15 de julio de 2011

Branding y Procesos creativos. Estados de confusión

Cualquier estructura que requiera de un cambio suscita y nadie se atrevería a contar, se si viene a cuento o no, un estado profundo de gran confusión. Si lo que si tengo absolutamente claro, es que de estados confusos lo que nace es la que tiene el más brillante nombre de todas las musas, la creatividad que llega envuelta en historias que hablan de tules de gran sufrimiento, ansiedad volcada en botellas vacías o grandes tormentos pero, también me queda claro, por propia experiencia, que es el proceso creativo, lo que desarma a la ansiedad de la que viene agarrada el deseo de resultado, el valor más inestimable que traen las artes, que, conformado como herramienta permite desarticular cualquier miedo que se tome la molestia de aparecer en el camino para impedir tu avance.

Si la creatividad es la capacidad encajar de forma innovadora informaciones que son contradictorias y locura, según, Einstein, es la pretensión de conseguir algo distinto, haciendo siempre lo mismo. La sospecha de que la creatividad, es una habilidad, que necesariamente deberíamos cultivar tod@s para eliminar sufrimientos varios, es de prever que el miedo al cambio, es algo, que, de forma irremediable, debemos superar y estimar la posibilidad de fomentar el aprendizaje y la mecanización de los procesos creativos para eliminar esa, estúpida y tonta, sensación de ansiedad que retuerce tripas ante lo no conocido para llegar a estimar que el siguiente paso, aunque pareciera darse en el vacío, no es más que una gran aventura de la que se obtendrán resultado muy positivos.


Parecido no es lo mismo caballero, es la primera nota que escucha un actor desde mi boca de directora y es la primera certeza que revienta mi estómago cuando elijo ejecutar acción desde lo que yo creo y nunca puse a prueba, en medio de semejante tormenta, solo que tomar el timón eligiendo olvidando lo que crees, a grandes rasgos, para dar observación constante al detalle de la diferencia.


Neutralidad, dice el siguiente paso, no hay forma humana de dar una respuesta nueva, si previamente, no es acostumbrado el cuerpo y la mente a mantener el silencio para tomar prestado aquello que nunca viste. El dibujo de movimientos escénicos totalmente conscientes, por parte del actor que dice su texto, es mi preferido, tarea compleja y divertida que logra hacer olvidar el engarce de perlas de lo viejo. Quedarme quieta mientras hago danzar a mi alrededor incongruencias aparentes, es el juego que imprimo para escribir y formular.


Un contacto agudo con quien eres en realidad, una gran conciencia del yo para ponerla a jugar con en el mundo de las probabilidades "Y si ..." con un entrenamiento básico en desarrollar capacidades de riesgo hacen que un yo que nunca pierde núcleo pueda vivir danzando entre mariposas y saltar para caer rodando por la Vía Láctea desde donde se llega a resolver enigmas que buscan encontrar soluciones a conflictos de gran complejidad.


Saltar y jugar, o capacidad de acción de lo que se esboza, es el paso siguiente. Si bien, se puede saltar y jugar a ser un médico o compleja estructura, para alguien que crece más de dos palmos del suelo, la acción del juego se complica por la información que acumulas alrededor del tema, pero a pesar de llevar mochilas cargadas donde se esconden datos de referencia y técnicas concretas, bien estructuradas, es preciso determinar que saldrás a la pista de baile y contendrás el aire hasta volar como un globo hinchado de helio acumulado que toma a cualquiera que quiera rozarte como tu única pareja de baile.


Estados de confusión son, si quieres, la posibilidad única de estructurarte en procesos creativos que diseñarán tu imagen de Marca, iniciando así tu dibujo perfecto de Branding.

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