lunes, 5 de septiembre de 2011

Técnica Alexandre. Dejar de hacer para hacerlo distinto

Técnica Alexandre. Técnica de actores útil para tod@s


Reeducación postural y automáticamente la necesidad de colocar el cuerpo a donde dijo tu abuela que debías llevarlo para estar "recta"



  • Mantenga usted el cuello libre. (Primera nota que te hace descubrir que lo que te piden parece un simple imposible que se agrava cuando la solicitud pasa a cuidar que no aumente la tensión muscular del cuello en ningún acto).




  • Deje, usted, que su cabeza valla hacia adelante y arriba. (Notas que la primera intención es dar pequeños estirones pero una vez conseguido, te llevas una gran sorpresa: No puedes evitar llevar la cabeza hacia atrás o hacia abajo en miles de acciones)

  • Deje, usted, que su torso se alargue y se ensanche. (Inquietante. No eres capaz de percibir cuando tu espalda se acorta o arqueas tu espina dorsal)



Y descubres, que eres una persona torcida que anduvo más de una milla torcida.


No hay salida, una vez tomas la primera clase, sientes que por primera vez tu cuerpo es capaz de moverse libremente por el espacio. La sensación de cansancio que desaparece te hace notar los grandes esfuerzos a los que has sometido tu cuerpo y la alegría es solo comparable con el alivio de dejar de sentir el dolor que ya tomabas como natural. O puede, que haya salida hacia ninguna parte, recuerdo una amiga con graves problemas de equilibrio que terminó su primera clase, hizo sonar mi teléfono y llegó a casa para darme las gracias pero informarme que desestimaba la opción porque "La libertad, exige que tomes responsabilidades, que ella no estaba dispuesta a tomar" 


De como una clase de técnica pasa a convertirse en el patrón con el que gestionas tus asuntos parece ser una decisión de expansión que no todos los alumnos toman, quizá por aquel temor del que hablaba mi amiga. Yo terminé descubriendo que construir encima de lo inservible es más agotador que eliminar el hábito para quedarte suspendida en el vértigo de la neutralidad y desde, ese vacío, elegir tomar una dirección más correcta, fuera esta dirección una ya vieja y transitada u otra, por completo nueva. Descubrí que tanto monta, como monta tanto a base de enfrentarme con la incertidumbre y asumir la responsabilidad de tomar decisiones concretas en la elección de direcciones porque todos los caminos llegan a Roma y Roma, siempre está quieta. 


De allí saco un despliegue que nunca acaba de creatividad  (A estas alturas sospecho que la creatividad no tiene más límite que aquel que tu le impongas). Control, por muy encima de la media, de mi misma en el espacio que ocupo y adaptación - transformación de circunstancias previas, subyacentes, externas e internas. Concentración máxima en la búsqueda del objetivo ... y la absoluta certeza, de que no hay partes. Solo hay todo.


Adicta a las mejoras, todo mi esfuerzo pasa por dejar de hacer aquello que me trae fracaso, dolor y miedo para elegir, con toda relajación, probar una dirección nueva que me lleve a lo que deseo. Ahora, también os digo, es "raro", muchas veces nadie puede creer que estés al límite al ver como te mueves ligeramente y libremente por todo el espacio.

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