miércoles, 10 de diciembre de 2014

De la ventana para adentro ¡Ay, madre!

No se si emitir una larga queja con la que tejer una larga bufanda de lamentos o contarte que, poco a poco, de volver voy volviendo lentamente para llegar a tu encuentro pero, amig@ mío, por hábito o por rutina nunca miras sobre que hombros de gigantes te levantas a no ser que el gigante se te vaya al suelo.

Del horror y el llanto cuando vi por primera vez, lo que para mi es todavía cuento de que sumas números y también letras en un formato que llaman ecuación y que viene a llenar tu pizarra de aberraciones infernales a las tripas de un pc donde has depositado tanta confianza que a mirar atrás nunca te embarcas, como nunca embarqué en observar como el corazón se ata y que tripa se desata en el espacio que luego permite que las madres del movimiento se piensen y se bailen. Que te digo que nunca, nunca, nunca paré a ver el valor que tiene la máquina porque era lo que yo con la máquina podía hacer lo que atrapaba mis atenciones y un día, se cae y a tripas vas contándo, lentamente, cuanto intelecto suelto, cuanta creatividad embarcada para que tú bailes, sin que te enteres de que andan compuestos los pies que te sostienen.

De que vas y vienes, que si placas base, que si engranajes que soportan imposibles lenguajes de 1 y 0 que levantan despacio, despacio toda la estructura para que tú encuentres ventanita que te abre al mundo en forma de mundo enredado y olvidada mente ingeniera de tales milagros muestres, punto por punto, lo que si que traes y mueves. Personas calladas que al máximo que llegan es a ronronear susurros que hablan de resolver problemas donde tu solo ves caos y desastre solo arreglable con tomar la decisión de levantarse e ir a olvidar, en una tienda cualquiera, que ellos existen porque solo quieres encontrar la e de Internet, la g de Google, la t de tu Twitter .. y todas las personas que andan bailando contigo, contenido arriba, contenido abajo que cuenta como danzan solos, como buscan danzar con alguien y como terminan los bailes convertidos en espectáculos de amplio espectro donde mentes más cansadas o envejecidas se pierden buscando fórmulas que ya sin movimiento den el éxito seguro, contabilizado y muerto.

Y Olé por quien me presenta TeamViwer que sirve para que te vean las entrañas de tus máquinas y te dejan entrever como el mismo juego me permitirá ayudarte a levantar la cabeza de la madre del cordero que guarda el alma de mi pc, hasta la ventana abierta para que veas y te vean levantando programas, subiendo actualizaciones en el orden adecuado y aprendiendo a esperar que tu máquina se coma la información implantada y la digiera bien.

Que me levanto y te cuento que si optimizaciones, que si darle una oportunidad al programa que te ayudará a soportar tus hábitos y rutinas en el quicio de la ventana.

Subes y bajas y por aquí estoy. Poniéndome al día con mis rutinas en redes, ahora sabiendo bien sobre que hombros se levantan mis aventuras y andanzas.

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