viernes, 14 de mayo de 2010

La experiencia del teatro. Contando verdades

¡Oh! el glamour, el glamour.
¿Conoces a ...? Y … ¿conoces a ...?
Pues no te veo en la "tele"
Te dicen mientras te alargan un hermoso ramo de flores

¡Menos mal que acabo de cortarme el pelo! (coqueto corte a lo garçon on de face)

Saca ganas de meterte en un proceso de montaje. Busca el texto. Habla con directores, espera la confirmación de uno y mientras, cruza los dedos para que sea el más amable. Elige elenco. Ponte a realizar estudios de mesa. Crea miles de partituras de acciones, matízalas con circunstancias previas, externas, internas y ten en cuenta las circunstancias subyacentes. Saca objetivos, vínculos y conflictos. Alquila local de ensayos, toma cañas con pinchos de tortilla, suda la gota gorda probando todas las hipótesis que llevabas hasta hacerlas reconocibles en tu cuerpo, tu voz, tu energía. Chocolate caliente delante de tu ordenador, elaborando folletos, cartelería, vídeos y organizando su distribución. Habla con Pepito de la fundación, con fulanito de la institución. No olvides tu caña y tu picho de tortilla diaria. Lima asperezas del equipo artístico. Quítate los anillos, respira hondo y llama la móvil a los que van a formar tu equipo técnico. Queda con ellos para más análisis de mesa con más cañas y pinchos de tortilla. Despliega los diseños, compra, prueba, desecha, vuelve a hablar, vuelve a comprar y lima asperezas con el equipo artístico. Escucha la desesperanza del autor, del director, de los actores, de los técnicos y cámbialas por esperanza genuina. Aguanta el pesimismo del productor y los programadores pero convénceles de que todo irá bien. Y vuelve, a tus ensayos y tus pruebas. Elaborar dosieres de prensa. Pruebas de vestuario. Ensayo general. Nervios, angustias, risas esplendorosas. Y más problemas, problemas, problemas.

"Durante el espectáculo apaguen sus móviles, por favor"

"5 minutos y a escena"

Sólo mantienes tu atención en lograr un control total sobre tus pestañas para no salirte de luz, hablas, te mueves, cantas, bailas, sufres, gozas con tu otro yo construido de forma perfecta y mientras, sufres, gozas y mantienes un férreo control sobre todos y cada uno de los que se sientan a mirarte. Sólo que ellos no lo saben.

Aplausos

Sí, claro que conozco a ... y conozco a ... tomamos cañas y pinchos de tortilla cuando nos encontramos baldados y sudados por los pasillos de las salas de ensayos o en clases de estudio y entrenamiento obligado para un artista, de la escena. Y es solo uno, el instante, en el que te comerías a besos el ramo de flores y todas las bocas que hablan, sin dudarlo, ni un solo momento.


El teatro ¡Que fantástica experiencia!

Amor de mis amores.

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