miércoles, 9 de junio de 2010

Sol en clave de tomarnos unas cañas y te cuento todo

Sol     en clave de tomamos unas cañas y te cuento todo 

Acabo de aterrizar en Madrid, te llamo al móvil y quedamos en un ratito pequeñito, pequeñito.


Infinitas ganas de aventuras. Capacidad ilimitada para correr riesgos. Despliegue de increíble fuerza, coraje y audacia. Cualidades innatas para aceptar cambios, retorcer pasados, soñar futuros. Abaratar costes de consultas psiquiátricas, reventón de deseos de cerrar confesionarios. Charla irreverente que sopesa profundidades insoldables. Explicación de reflexiones, emociones, acciones. Inventiva y ganas de juegos. Viajero empedernido, dicharachero jugador del poker de las inquietudes. Loco aventurero del olor a humano. Coleccionista de músicas de palabras. Bebedor insaciable de cuentos viejos, nuevos. Creador de los nuevos cuentos. Nadie te mece, meces tú las aguas de los sueños. 

Un look a juego podría ser el del buzo loco de contento de quedar a solas con el mar adentro o el atuendo de los grande pioneros conquistadores de mundos aún no descubiertos. Andar vestidos de gala o en batas de colores no tiene gracia porque quedaríamos solos en medio de la nada. Aún así.

Elijo el disfraz del que decide.

Bola mágica para elegir donde descansamos las piernas, resulta complicado, siempre, encontrar huecos donde quepan los cuerpos, donde las palabras no se las lleve el viento.  Bastón dorado a juego con el color de tu perilla. Atuendo de escritor viejo que charla animadamente desde hace mucho tiempo. Pedazo de elección.  Sin el bastón no habríamos bajado la luna al suelo y golpear al parásito lloroso de amores perdidos que le colgaba del pelo. ¡Fue una lástima, no llevar encima las lágrimas del Pierrot de papel! Pero con tus palabras y la bola mágica animaste un futuro incierto lleno de desconsuelos. Recorrer el mundo de tus pensamientos no habría sido posible sin tu cháchara de escritor viejo. Recomponer mis ansias de certezas una tarea imposible sin sacar la tarjeta de crédito.

6 cervezas más tarde, 4 pinchos de tortilla, alguna aceitunilla y completamente entrenada la lengua si que terminamos el cuento. Mañana lo registramos, lo montamos, lo ensayamos, lo ponemos en pie, lo entrenamos y recogemos miles de aplausos en el escenario que premie los Max este año. De fiestas hablamos poco o ¿quizá fue la sospecha de no tener alka seltzer en casa?

Ya de regreso contaremos la visión de lindas ratonas gozando de ensalada de pasta que, locas de contento, por el encuentro, nos dedicaron la canción del verano, en estéreo.  Rescatamos a la no amiga de turno que moqueaba llorosa, por la experiencia no compartida con el "Pirata de la noche" porque andaba reblandecido de deseos. Algo ya recuperados pasar por la farmacia, fue un consuelo, que mañana nos traerá amaneceres frescos.

¡Nos lo pasamos de vicio!

De vicio, claro que de vicio. Pensaran nuestros amigos mientras no pasan la aspirina envuelta en una servilleta. 

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