La expresión corporal es una materia del todo imprescindible en el noble arte de la interpretación escénica. Desde mi punto de vista sería una materia imprescindible, también, para otras disciplinas artísticas pero, allá penas.
Conseguir que lo que sientes, procesas mentalmente y decides contar no encuentre ningún obstáculo en todo tu cuerpo es un placer que gozas tanto tú como artista, como todos lo que te ven en escena. Desbloquear todo el canal para dejar limpio cualquier emisión de mensaje es un lujo que quiere tener cualquiera que sienta en la nuca la mirada de otro.
Oí, por primera vez hablar de esta materia entre días de playa, sol intenso de verano, subida al escenario cada dos días y un primer intento de escuchar lo que otros tenían que contar de las artes escénicas.La primera toma de contacto fue un infierno para el profesor, que amablemente, ponía a entera disposición de un grupo de teatreros de Las Palmas, todos sus conocimientos. El infierno de la sorpresa en la "Escuela de calor" cuatro indicaciones, de inicio, muy simples y el desborde del juego en cuatro estudiantes, que contagiaron a un grupo entero que no sabía donde meterse. De las cuatro indicaciones no se pasó porque el despliegue de imaginación y divertimento fue tal que no daba tiempo a más. De aquellos juegos una intención para días venideros, con dos estructuras basta porque se nos van del corral a jugar a la playa más cercana y nos arrastran con ellos a convertirnos en espuma que trae el agua.
Primera conclusión: para que funcione una clase de expresión corporal tiene que haber mínimo una persona que le encante el juego y que contagie al resto.
De la cuarta o quinta clase salta la chispa que pretende contagiar al público con estas autenticas delicias y se planifica una pieza que sería un éxito de programación, allí donde fuéramos, y a pesar de "críticas" de expertos, el público llano siempre la andaba pidiendo. Eran tiempos muy buenos para correr grandes riesgos.
Segunda conclusión: la expresión corporal abre contextos y registros nuevos que podrás contar en cualquiera de tus momentos escénicos.
De aquella pieza se hicieron varios descubrimientos, resultó fácil descubrir que había varios momentos y diferentes tipos de expresión corporal. Teníamos la del juego individual para tu personaje. La del juego grupal para la pieza. La individual para el actor que busca ir a más rompiendo barreras internas y obstáculos en su cuerpo. La grupal de actores para romper barreras de circunstancias subyacentes, externas e internas. La de los días de muestras para actores, grupo, personajes y contexto. Y luego, encontramos la del mismo espacio escénico.
Tercera conclusión: hay expresión corporal específica para cada momento que vive un espectáculo teatral.
De los escenarios a los laboratorios di con otras formas de profundización de la materia, si podía ayudar en circunstancias de máxima tensión ¿porqué no me podía ayudar a engarzar de forma automática y perfecta los distintos elementos de una técnica de interpretación en el espacio cerrado de un laboratorio? Aprendí a improvisar sobre circunstancias externas, a compaginarlas con objetivos, a subir por los vínculos y a tirarme en plancha por las acciones. Tomé la batuta y elegí investigar al revés todo el mecanismo, tenía que servir para crear de la nada los mecanismos de la interpretación escénica.
Cuarta conclusión: con una buena cabeza la expresión corporal convierte al artista en un investigador sesudo y concienzudo.
Sin ella ¿que me había permitido soportar aburridas sesiones de formación menos útiles? Sin ella, ¿Habría podido yo asumir patrones complejos de otras materias?
Quinta conclusión: la expresión corporal es perfecta pero haz caso al profesor hasta el 10% de sus palabras. Toma la calle de en medio y elige ser tú mismo el investigador que observa, elabora hipótesis y las pone en pie.
Y ahora, ahora si. Ya con la quinta conclusión aprendida, la expresión corporal termina siendo verdaderamente perfecta como materia y entrenamiento para alguien que sube a un escenario a lograr que le escuchen y le vean transmitiendo de forma correcta un mensaje cualquiera.
Muy interesante, sobre todo porque esto de la expresión corporal, además de en las artes escénicas, tiene aplicación en gran cantidad de actividades; incluso en nuestra vida cotidiana es importante saber expresar más allá de las palabras, o al menos no transmitir mensajes involuntarios...
ResponderEliminarLa aplicación que tiene la expresión corporal es demandada hoy día por infinidad de actividades que no tienen nada que ver con las artes escénicas.
ResponderEliminarDe la expresión corporal, sólo hablo maravillas. Tener acceso a poder comunicar, sin obstáculos, lo que sientes y piensas en un lujo que no deviene en una anarquía, que asusta. Sino que se manifiesta con absoluto poder de decisión sobre lo que decides contar.
Yo te invito a probarlo. Tengo amigos, que cuentan maravillas en vidas comunes, con profesiones alejadas del teatro.
Saludos corazón