LA que llega de clave de Mi escribimos un cuento infantil, lo registramos, lo montamos, lo ensayamos, lo ponemos en pie, lo estrenamos, recogeremos miles de aplausos y seremos nominados a los Max.
Aquí llegó el cuento de mi España. Registrando procesos con andares viejos. Revisando encuentros que devienen en los mismos caminos y paseos. Un año tras otro, luchando por el mismo puesto. Abriendo encuentros ya encontrados hace tiempo. Un milenio del mismo público, del mismo programador, del mismo compañero.
¡Menos mal, corazón, que llegamos de otros eventos más abiertos! ayer titulares internacionales y hoy nacionales que no traspasan más de dos círculos y medio. Cosas, de este viejo pueblo aún envuelto en pesadillas de poca autoestima. Del valor profesional y personal sepultado en tonelada de cuentos edificantes y didácticos, que, sin embargo, esconden un despliegue de talento infinito, a pesar, de las miradas de fuego perturbador.
Observar el desfile de talentos que transcurre en segundos de pocas oportunidades me desalienta en exceso. Así que, ahora sí, con zapatos nuevos, avancemos despacio hasta el escenario. Revisa caras y cuenta sueños, antes de hablar, no te vallas a asustar y sacar la patilla de la gafa de Dolce & Gabbana antes de que se nos venga el verdadero momento de tener que jugar a batallas siempre ganadas y siempre perdidas. ¡Recuerda! no pensamos huir a casa de Juanito el de los rododendros por mucho que se enrede la madeja de informaciones contradictorias, donde las oscuridades del miedo y las sublimes palabras que desabrocha, en el corazón, el famoso relato de La Lechera, nos lleve a cruces inciertos.
Previsible encuentro detrás del JIJI JAJA revuelto de vino fresco y palmaditas en la espalda con poco que contar en futuros nuevos. Está claro, a estas alturas no hay cuentos que vivir más que los que tu inventes.Si no llega a ser por nuestro "extraño" atuendo quien tiene material dramático para generar, estructura de cuento, en este momento. Llegar con bata rosa de guatiné y zapatos de tacón fue todo un acierto. Tu bastón a juego de tu perilla, resaltaba jugueton, dándo un toque de provocación a tu armadura de gran caballero. Un segundo más y sino sacas el kit kat y todos recuerdan el titular de la prensa internacional, "No hay solución escrita. Es preciso que decidas emprender tú el viaje" nos toman por frikies aventureros. De entre apariencias y velos de Buñuel y Dalí, nos envolvieron, en juicios para poder explicar contexto tan arriesgado en la elección del vestuario. El secreto era otro, mi predilección por la batas rosas va enganchado al significado del momento ¿No estábamos en casa? no entiendo a que viene tanto revuelo.
Cinco risas, tres vinitos, veinte aceitunitas más tarde, todos convinieron en que somos simplemente material de cuentos. Siete risas, cuatro vinitos y tres aceitunitas aún más tarde, todos decidieron venir con nosotros a recorrer la Vía Láctea, ahora no en patinete, sino en una grúa, y con el pelo al viento, pero nadie tenía ya arrestros para levantarse olvidando atrás la fiebre alcoholizada de aquel encuentro. Mañana, a estas horas las farmacias darán overbooking por compra indiscriminada de Alka Seltzer.
Y tú y yo, a lo nuestro, viajar por los caminos del éxito sin tener miedos a causar aspavientos internos.
Salir de allí jugando al gato abandonado que olvidó donde está la casa, fue toda una aventura. A punto de perdernos volvimos a encontrar la visión de lindas ratonas que ahora ya no gozan de ensalada de pasta y que, devoran cantidades, infames, de carne roja. Acompañarnos a casa fue un acto de benevolencia extrema por parte de ellas. Lo que no sé es ¿que pintan estas telas de cosidas de lamentos en tu salón, a estas horas?
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