martes, 6 de julio de 2010

Momentos inolvidables desde Madrid

















Madrid, 

Es la ciudad trabajadora, que por la noche descorcha la vida y la bebe a sorbos grandes, capaces de ahogar al más prudente y volar al más "pintao". Sin casi madrileños, la ciudad vive a caballo de los aires del futuro pero agarrada aún a crines de viejas formas que gritan campantes en cada esquina. Del pícaro, al más sincero paseas a tropezones por callejuelas que desembocan en grandes avenidas siempre repletas. Es la ciudad que nunca duerme y que te engaña, si puede, con la hora que marca el reloj que todos miran para pasar de un año viejo a uno nuevecito, sin estrenar.

De ella, soledades y amigos de infinita nobleza. Trabajo y más trabajo para acabar rodando y olvidando fracasos que nunca fueron porque el devenir del tiempo los convirtió en éxitos. Todos mis nudos están aquí. Es la ciudad donde nunca viví finales y tampoco nacimientos. Llegué y me quedé zapateando, enamorada de una ciudad de otoño, invierno y hermosas primaveras.

Del verano no hablo.

No llego, ya estoy, pero resulta más complicado quedar cuando ya estás. Te llamo en una hora, cuando pase el calor y quedamos para dar un paseo.

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