viernes, 6 de agosto de 2010

De las advertencias

De advertencias, tengo la vida llena, advertencias oscuras, directas. Advertencias azules, rojas con sabor a naranjas y a algodón de azúcar. Las tengo gordas, delgadas, robustas, fuertes y decentes. Las advertencias son conjuntos de experiencias que terminaron en fracaso, y traen consigo el amor y el miedo de quien te ama o te aprecia. Las advertencias sugieren que pares en seco y que transites caminos que acabaron en éxitos certeros. Pero, las advertencias, siempre provocaron, en mi, movimientos más lentos, hasta que lograba percibir el peligro avisado y una forma nueva de caminar al encuentro del objetivo que persiguiendo y caminado por los senderos de otros, nunca llegaría a ellos.

De "la vida es así, mi niña" huía como de la misma peste, y pensaba, "si la vida es así y para ti es buena yo debo contemplar tus resultados y decidir si son los resultados que yo quiero". Mi padre, decía, "estás poseía de una ambición terrible" y sufría, con el tiempo, vi que no era del todo cierto, estoy poseída por una ambición increíble, que no terrible, por mejorar todo lo que tengo y veo y con el tiempo, la ambición aumentó al mismo ritmo que me daba cuenta de la importancia y el potencial ilimitado que hay en todo lo que me rodea. Sacarlo para que brille, es la misión que ocupa todos mis desvelos: utilizo textos de autores viejos, nuevos. Soy capaz de ir a la luna para contar mi experiencia y vuelvo a construir caminos para que todos lleguen. Si yo puedo, todos pueden.

Mi capacidad de expansión llegó como el amanecer que nace siguiendo la orden del canto del gallo. La percepción completa del entorno, se gesta en entrenamientos básicos de actores, se potencia con técnicas de perfeccionamiento, se nutre de tu filosofía y se engarza con tu objetivo. Entonces eres capaz de crear mil aventuras para poder contar los caminos que traen y te llevan.

De las advertencias que escucho en mi cabeza y en cabezas que me rodean, descubro que todas andan de novias con el miedo. El miedo es el enemigo, la única forma de vencer al miedo es conociendo, experimentando aunque sea pasito a pasito de prevenciones llenos. 

Encontrar la diferencia, me resulta cómodo porque no veo lo que me traes, sino que escucho y vivo tu esfuerzo por crear lo que me acercas. Cuando hablo de personas que viven, trabajan y crean, sólo debo estar atenta, porque la mayoría, aún piensa, que una cosa son ellas y otra lo que crean. Les duele la palabra creador que les identifica pero, a fin de cuentas, es lo que son y yo sólo tengo que recordarselo. Cuando alcanzo a ver las tres dimensiones donde viven, a pesar de sus esfuerzos, por vender que viven sólo en una, construyo discursos enteros, textos, piezas que les explican y ya están preparados para compartir experiencias.

Recomendar la escucha, el diálogo profundo, la interacción en juegos, el compartir experiencias, me viene al pelo, más cuando, soy capaz de potenciar y crear todo esto envuelto en lúdicos, divertidos y bellos momentos.

Yo sólo conozco un proceso correcto en el desarrollo y profundización de una relación. Me presentan a alguien y sé que es el momento de escuchar nombre, referencias personales y laborales más historias rescatadas que parecen representativas. El otro pide lo mismo. En caso de ir a más, se empiezan a gestionar experiencias simples que vuelven a requerir del mucho monologar. Del monólogo al diálogo sólo hay un paso que todos buscan y se resume en hablar de un tema concreto, varios temas concretos. Pero, de lo que estoy segura, es de que no llamas amigo a nadie que no halla compartido experiencias contigo

Si las empresas quieren tener amigos y no clientes, que se van como vinieron, a la mínima que aparezca en escena uno que ofrezca un pelín más que ellos. Necesitan profundizar la relación hasta el punto de compartir experiencias. Y las empresas, ahora, necesitan más de amigos que de cualquier otra cosa, sin duda.

Por eso me dedico a crear experiencias para crear lazos profundos con compañeros, amigos y para empresas que quieran quedarse y caminar hacia un futuro, que está muy cerca tanto que parece ya un ahora completo y esto, no es una advertencia.

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