jueves, 28 de octubre de 2010

Teatro, arte en espacios no convencionales



Teatro, arte en espacios no convencionales


Hablar de estos artistas y de los equipos que despliegan esfuerzos en construir piezas en espacios de este tipo, es dejar que notes que yo siento una maravillosa debilidad por ellos, quizá porque en realidad es que  todos ellos, son yo misma. Amo la comedia, amo el drama, el vodevil, la tragedia, amo todo lo que lleve a un escenario. Amo todas las artes que se pasean por la escena pero amo, y sobretodo amo, lo que termina manifestándose en espacios no convencionales. Por otra parte creo que son, este tipo de artistas, los que terminarán convirtiéndose en los verdaderos artífices que lograrán dar formas de aplicaciones correctas a todo el sector de eventos que luche por conseguir transformar, la cara ambigua y obsoleta que hoy muestran modelos de negocio que tienen que dar un cambio a marcas si quieren seguir ocupando posiciones en un mercado, cada vez más saturado, con clientes que ya no gustan de ser meros clientes.


A esta disciplina, te haces o naces con un control espléndido sobre las técnicas de autores, directores, actores, bailarines, músicos, pintores. Te haces o naces, cuando decides que lo que precisa la historia y el mensaje es una comunicación directa y promueves una interacción totalmente encuadrada en tus objetivos. Saber descubrir la esencia de una estructura dramática es la labor que les compromete a buscar soluciones inéditas donde antes solo habían construcciones complejas. La complejidad la llevan a la mínima expresión del detalle manteniendo una visión esencial que no pierde nunca de vista la estructura rítmica de la comunicación. El control que despliegan en el espacio, es solo comparable al control de quien maneja una comunicación perfecta que no tiene rendijas por donde se escapen ni uno solo de sus mensajes. La máxima que manejan es la diversión, si no se divierten con la tarea, nada de lo que mueven tendrá valor para quien les observa y la comunicación perderá todo su brillo, ellos lo saben y se esfuerzan sin escatimar acciones.


No hay salida, cuando te enfrentas cara a cara con ellos. Son perros de caza entrenados en el arte de la improvisación que busca sin compasión enganchar toda la información en la estructura esencial que manejan. 


Yo los conozco, nada más verles caminar por la escena los reconozco por el porte, los gestos de humildad y porque todos sus poros están en alerta máxima. Aún no me han visto y cuando me dirijo a ellos, todavía de espaldas, hablando en una lengua que no conocen, saben que yo soy como ellos.  Allí, en las islas, yo me esforcé en ser perfecta dominando todos esos juegos durante años enteros. Mis recuerdos vuelven y yo sé que con un vestuario simple, conociendo cuatro pautas y observándoles cuatro minutos y dos segundos podría jugar con ellos, sin que notaran, que nunca me habían visto antes de ese encuentro. 


¿En que estás ahora? ando en lo mismo, pillando espacios no convencionales y convirtiéndolos en salas que logren una comunicación perfecta.  ¿Eventos? uhmmm, interesante propuesta.

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