martes, 20 de septiembre de 2011

Momentos inolvidables desde sospechas

















Momentos inolvidables desde tremendas sospechas


Paseos tranquilos por calles abarrotadas de gentes que, hasta ayer, no tenían cara. Reventón de impaciencia y explosión de vanidades que vuelan agarradas de manto de los intereses de dos, tres, cuatro, miles de ennegrecidos corazones torpedeados por la avaricia que levantan puños y golpean conciencias ávidos de provocar al miedo y convertilo, en aliado de misteriosas acciones que arrastran sombras por esquinas funestas. 


Despierta, ahora ya, mi sangre, bailo por encima de negras mareas que buscan romper las orillas de arenas o piedras y en medio de la más atroz de las tormentas, mis ojos revelan lo que el corazón susurra a lo lejos y ahogado por el sonido del viento que revolotea y se cuelga en mis orejas que escuchan golpes, gritos, lamentos y quejas NO A LA VIOLENCIA grita mi boca y mi boca dirige al viento hasta reventar tímpanos ajenos.


No es preciso que te acerques a mi casa, siempre me encontrarás fuera, allí, donde esté el sufrimiento ajeno. Solo uno despierta mi necesidad de acción desde las mismas entrañas que me permiten ser madre, no pierdas el tiempo, ven porque la vida es vida, cuando no llamas a la quieta muerte.

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