Paseos entre la Imagen de Marca y la Imagen Corporativa
¿Cuantas veces pasas delante de un punto de atención y dices "¿Seguimos dando una vuelta o nos quedamos aquí?" La Imagen Corporativa atiende al cuidado básico de una calidad estipulada, desarrolla su espectro creativo en una composición, más o menos, acertada, de juegos de color y desarrolla un estruendoso discurso que, buscando la diferencia en la utilización de palabras influenciadoras, termina pareciéndose, en esencia, demasiado al de la competencia, dando como resultado esa manifestación que te permite seguir paseando mientras, elijes, solo en momento de quedarte.
Dirían las viejas lenguas del Marketing que, atravesar montañas, río y mares en busca de una experiencia, es apego pues, de quien no reconoce los esfuerzos que ellas hacen y entre debate y debate, sostienen que, los problemas que las acucian, están tejidos en la palabra crisis o en palabras de épocas de bonanzas y te digo yo, que no es cierto, que cuando las mareas suben ahogando a las vacas gordas, yo, igual que en épocas donde las vacas se vuelve tan flacas como papel de fumar, corro y corro buscando al zapatero que ama lo que hace o reviento zapatos para encontrar aquella tienda que, a pesar de las igualadades, siempre es diferente. Cuando, roto el viejo zapato de la Cenicienta, no encuentro la experiencia que busco, simplemente, termino el paseo con una sonrisa socarrona y un amargo presentimiento dando el si, a quien no me queda más remedio porque, a pesar de los pesares, lo único que le vale a la zorra vieja de la Imagen Corporativa, es borrar de un plumazo a la competencia.
Ni por asomo, queda en mi, a pesar de los esfuerzos, trozo emocional que pegar a ninguna de las empresas que tanto se esfuerzan en lograr que yo compre y si les compro, es sabiendo que, medio en broma, medio en serio, no pago menos por la oferta con la que pretenden fidelizarme hasta que dura el cuento.
No es crisis o si lo es en la forma en que yo gastaré y, no es bonanza o si, en la forma en que yo me relacionaré contigo, es que eres más de lo mismo, o lo mismo repetido hasta decir basta, aún cuando tu confusión te permite dar dos pasos, no recuperas aliento porque, sigue sin ser lo que parece y sigues presumiendo de lo que no tienes.
Despacio, despacio comparo Imagen de Marca que aparece en los mercados ninguneando agencias de publicidad para dar cabida al CEO que lucha, sin desmayo, entre la vieja idea de negocio y la nueva que, oferta el máximo de coherencia, comprometida a cabalgar sin desmayo, hasta lograrla entera. Y así, entre paseo y paseo, reviso encuentros y de bruces me topo con quien "emula", a aquel que está teniendo aciertos y que, tímidamente, copia varios pasos de éxito pero que aún no puede deshacerse de los viejos hábitos reclamando, calidad enredada en un vano intento de vender RSC o la copia exacta de un Starbucks gigante, donde cree que haber hallado el diseño de espacio perfecto ofreciendo una experiencia que ya tienen otros que, además, son claramente identificados, mientras sus empleados, aún siguen alimentando estrategias que te invitan a irte en dos segundos y medio y que, insisten en hacer esfuerzos por vender RSC diciendo que la tienen porque sus proveedores, son aquellos que pagan espacios publicitarios de "dime de lo que presumes y te diré de lo que careces" en todo tipo de medios. Luego, están los que ni aún lo huelen pero, tiempo al tiempo, es cuestión de apertura de registros o de terminar teniendo anemia galopante.
Y me planteo ¿No es más fácil explotar tu ya olvidada diferencia y estimar crear coherencia, de principio a fin, para gestionar tus valores que romperte los cuernos copiando lo que ni entiendes y que ya no te aporta ni la mitad de éxitos pasados?
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