Un objetivo deseable siempre será conseguido cuando es tomado en manos de un ser vivo. Una idea, mensaje y contenido que cumple con la premisa de convertirse en un Valor Funcional que necesita ser bueno para todo el que lo adquirirá, que se nutre de belleza para devolverla creando un Valor Emocional y que pretenda ser enriquecedor para todos los interesados en él, levantando Valor de Responsabilidad Social encontrará la forma de ponerse en pie en manos de hombres y mujeres de acción y de entre ellos nace el líder o experto en el tema que, simplemente, logra que la realización se produzca en un menor tiempo organizando las tareas específicas en torno a los recursos con los que se cuenta.
Líder es quien aglutina y ordena de forma específica para desarrollar una tarea que requiere de grupos, más o menos, extensos de fuerzas de trabajo.
Si hasta aquí parece fácil, lo más fácil es elegir el camino adecuado para ejercer el liderazgo, aunque, rodeado andes de mayoría de ejemplos que me dirán que lo amable será la copia de lo ya establecido como garantía que da resultado de éxito, yo responderé que no resulta del todo cierta la afirmación cuando de las acciones que vemos rescatamos un concepto de liderazgo que se empeña en conseguir sonrisas cuando la consigna es
"Mira lo que falta para tomar las riendas y vender la idea que llenará el hueco" y si lo fuera, sería solo en la consigna de quien, como líder espera hasta percibir exactamente las reglas de una naturaleza que por creativa llena de vida cualquier espacio que toca en contraposición al deseo humano de elaborar vida en espacios cerrados olvidando al resto enmarcando todo el trabajo bajo la premisa de abundancia para unos pocos y carencia para el máximo o lo que es lo mismo, esa llegada a la conclusión de que al final del cuento "Es que es un negocio"
"Lo más fácil" para un líder es estimar que, al estar en esa posición, es su visión la que ha predominar y desde allí, amig@ mío, más fácil aún es elegir conseguir sonrisas embarcado en la búsqueda aparente de la "felicidad del otro" o Valor Emocional enganchado a Valor de Responsabilidad Social Corporativa en un objetivo simple de búsqueda de resultados. A más empeño, más trabajo porque mientras sigues viendo lo que falta en las fuerzas vitales que te rodean, terminas llenando de extrema crudeza cada paso que das en un despliegue de medio de control para eliminar cada desagrado, cada fracaso o cada devolución de los mismos resultados, una y otra y otra y otra vez hasta rozar el infinito del máximo aburrimiento y agotado volverás a decir "Es un negocio" y yo, no tendré más remedio que recomponer el esquema para decir, que el verdadero liderazgo no es el que se rodea de infinitas sonrisas agotadas y que tampoco es el que se encuentra con imposibles miradas bajas desafiantes o envueltas en chispas de cinismo.
"Lo más fácil" es estimar que ante aquel que no case, que no se amolde, que no cuente excelencias del maravilloso proyecto, lo mejor es suplirlo por otro que reviente en "pasiones" extrañas hasta que descubra que hay y que no hay de cierto en todo el cuento aunque este esté formado por infinas hileras de palabras anidadas y spameadas en el vano intento de "motivando, que no es poco" intentas lograr tapar todas las rendijas con el "Me encantaría ser y estar siempre viviendo los paises de pin y pon, los paisajes del más maravillo de los cielos, los encantadores escondrijos de la felicidad eterna" pero, queriendo, no puedo, darte la razón aunque tú, andes creyendo aún en el "motivando que no es poco".
Uhmmmm!!! que te digo, que te digo que no, que el líder es el que baila y baila, sin parar, que ahora observa la diferencia como una riqueza, que tiene valor a probar todo lo nuevo que trae cada persona que quiere colaborar.
El camino más fácil es el del que se sienta y es capaz de extrañer no lo que falta para ver cumplido el "objetivo" si no, el que ve, sin esfuerzo, todo el valor que hay en cada persona que logra ser atraída con el deseo de colaborar en su proyecto y que siendo capaz de ver todo el potencial, tenga o no tenga, en apariencia, que ver con lo que sería conveniente o no, se empeña en encontrar la forma de que todo ese potencial brille, por encima de lo que parecerían ser carencias.
Lo más fácil es bailar y no esperar que bailen los demás al son que tu marcas, creas o no, que realmente, solo tú estás en lo cierto.
Deja que bailen, pues, y espera hasta que, por dentro, te nazca el ritmo que unifica el cuadro que ha de ser presentado. Baila y espera que de cada gesto dibuje el final perfecto que vas a comunicar, sigue esperando y verás las líneas que alimentan la coherencia generándose en el límite donde la acción tiende a ser llenada de contenido y el contenido atrae a la emoción. Baila y baila, sin parar, hasta que suceda y solo elige cuando no haya esfuerzo de memoria, si no que sea la memoria la que se adapta al concepto que la mueve hasta hacerla natural o aquello de parecido, solo parecido a la vida misma. Entonces, solo entonces, estarás donde alcanzas el derecho de permanecer debajo de los focos, en el punto donde se dirigen todas las miradas.
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