jueves, 22 de julio de 2010

Luigi Pirandello

Luigi Pirandello, amor a primera vista. De la estantería de la biblioteca destacaba en dorado su nombre y creo que fue el primer autor teatral que descanso en mis manos hasta completar la serie que prometía la portada de cuero marrón que decía "Obras completas". Mi primera conversación con Pirandello se dio a la sombra de una platanera solitaria, que orgullosa, andaba plantada en la esquina de un parque. Allí donde las hojas nunca caen al suelo con olor a yodo, algas y galletas que trae el viento. "El hombre de la flor en la boca" (Silencio roto por unos niños que juegan) yo no daba crédito. Sólo podía mirar la foto vieja que marcaba ojos de fuego, si alguien tuvo la culpa de que yo diera mi amor completo al teatro fue esa cara que hilvana ristras de emociones y pensamientos secretos, los saca a la vista y los deja abiertos para que todos podamos trazar caminos nuevos o decidamos andar los viejos. Una semana, sin poder leer ni una sola palabra más quedé mirando aquellos ojos inquietos hasta que, determinada, arranque los miedos y decidida me adentré en juegos teatrales que luego fueron mío y de nadie más o, de todos, pero siempre míos.
"Seis personajes en busca de autor" ¿Pero quien es este señor que se atreve a jugar de esta manera tan descarada con la convención teatral mientras describe con una sutileza pasmosa el interior de sus personajes? 

La visión de los juegos teatrales mostrados de forma descarnada inspiraba las aventuras más arriesgadas en la visión de una aún "no actriz" que jugaría, en poco tiempo, a diario con el público de su isla y que además, contaría, desde sus primeras apariciones y contribuciones al mundo teatral, con una clara tendencia a la provocación de estados atípicos al público desde el escenario. Su juego más apasionado el de crear situaciones inéditas donde aparecen, como por arte de "magia" los mejores espacios de relación directa entre el artista y su público.

Cerré la recopilación de obras completas de este autor un día de tormenta, con el mar revuelto y con la arena azotando mi cara. Yo sólo repetía "Luigi Pirandello" más tarde comprendería que él despertó un amor de tal intensidad por el teatro, en mi, que sólo puedo estarle agradecida. Pero todo quedó en secreto y oculto en un corazón que manipulaba una mente aún y ahora si y sólo por un momento, "tierna".

Poco tiempo después, apareció la oportunidad de aplicar semejantes visiones o quizá, no surgió como de la nada esa oportunidad. La adoración que sentí por este autor y su obra, despertó en mi el irresistible deseo de conocer el teatro. Yo no vivía en la época adecuada, no era la persona adecuada y las circunstancias, no parecían ser las adecuadas, pero el sueño se hizo realidad y yo comencé a trabajar al olor de los escenarios, al fuego de los aplausos y al asfixiante calor de "lo que no debes hacer" de toda una sociedad que se encargaba, a diario, de recordarme que estaba equivocada. 

Contando más secretos: Lo cierto, es que aún hoy soy capaz de descubrir en lo más profundo de mi amor por el teatro, el olor y el sabor de las palabras y los juegos teatrales de Luigi Pirandello.

La vida que te di
El placer de la honestidad
Cada uno a su manera
El difunto Matías Pascal
El imbécil

Premio nobel de literatura en 1934, no es un autor que se represente mucho en España, en realidad se representa, nada. No "parece" el momento adecuado para mover a muchas reflexiones internas. No "parece" el momento de jugar. No "parece" el momento para correr grandes aventuras.

Aún así, yo nunca me evito sacar a la palestra sus mágicas estructuras. Combina con todo y es el maestro que saca utilidades a todos los juegos escénicos. 





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