miércoles, 18 de agosto de 2010

Amigos noctámbulos. La otra cara de la modena

Del pirata de la noche, La no amiga de turno y las lindas ratonas

Una historia apuntada, desarrollada a medias. De una aventura interna a un paseo por la noche madrileña con un regreso donde tuvimos la visión de "Lindas ratonas" gozando de ensalada de pasta que, locas de contento, por el encuentro, nos dedicaron la canción del verano, en estéreo y de paso, rescatamos a "La no amiga" de turno que moqueaba llorosa, por la experiencia no compartida con el "Pirata de la noche" que andaba reblandecido de deseos. Quien estuvo alguna vez viajando Madrid en la noche sabe y conoce todo el cuento. Es un cuento mustio de tantas repeticiones que cambia, porque aseguro, que cambiar cambia pero sólo cuando acercas la mirada y observas los detalles. Si hoy te reciben cantando la canción del verano para terminar limpiando lágrimas mientras observas la danza del que aparenta ser culpable de daños infinitos. Mañana te reciben con chupitos color frambuesa, pasado mañana te invitan a ensalada de frutas y pasta fresca unas "Lindas ratonas" que te permiten participar en un bello y estridente "Análisis perfecto hecho por un loro" dejando tieso entre todos, al mismo Tenesse Williams. Y mañana la "No amiga de turno" no ahoga penas y pasa como una estrella fugaz cantando la canción del verano, huyendo ofendida del "Pirata de la noche" y pasado mañana "El pirata de la noche" llega prendido de la oreja de la "No amiga de turno tomando chupitos de sabor turquesa"

Siempre los mismos personajes que traen cuentos distintos que hoy se llaman David, Rosa, Carmen y María. Y que mañana se llaman Roberto, Elisa, Raquel y Felisa para pasado llamarse como, le venga bien, a quien bebe historias de la noche.

¿Tú y yo vamos a caer en la trampa? De eso nada, monada. Saca tu bastón, yo sacaré la bata rosa de guata y nos vamos ahora mismo a recorrer el barrio en busca de cuentos que no conozca todo el mundo. De poder, que si que podemos, porque anoche pasamos por la farmacia y ya dimos buena cuenta de los Alka Seltzer que teníamos hasta en casa.

Acercarnos al mercado y estar sólo un rato para observar la otra cara de la moneda o convertirse en espía que cree que pierde la memoria por algún estrago maligno que trae el tiempo. Menos mal que se te ocurrió traer la super lupa que le pedimos prestada a Shelock Holmes. Ponerla encima de los interrogantes nos ayudó a dar con las respuestas que parecían ocultar las sombras de nuestras gafas de sol. Del "Pirata de la noche" decir que es muy majo y de profesión informático a jornada completa. Tímido pero cortés con el frutero y rápido ocultando miradas ante la "No amiga de turno" que abre carpetas que huelen a comercial de alguna entidad financiera. Ella si que no nos recuerda pero debe ser porque nosotros acabamos con las existencias de Alka Seltzer y la resaca no le permite abrir los ojos para no parecer oriental. Yo estoy de acuerdo contigo, queda muy mona con los ojos no del todo abiertos, le da un aire de misterio que la convierten en material de cuentos.  Las lindas ratonas, siguen allí, y ellas no parecen reconocer que ahora no es de noche y que el sol les abre las puntas de sus cabellos. Algo más contentos con este encuentro nos sentamos y tomamos churros con chocolate. La compra la dejamos para luego. Ahora seguiremos participando del "Análisis perfecto hecho por un loro" y estiramos una mañana que parecía destinada a pasar entre lamentos de resaca.





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