jueves, 23 de septiembre de 2010

Circunstancias subyacentes. Técnicas de actores útiles para todos

Lo que está y nos influye sin quererlo


Las circunstancias subyacentes son el espacio que queda entre tu voluntad y la de otros. Tu voluntad y los impedimentos que son impuestos. Ellas poseen un poder tan absolutamente devastador que puede lograr parálisis complejas de difícil solución en ámbitos que necesitan aires de cambio y entornos que precisan solo brisas frescas de esparcimiento lúdico. Impiden la palabra, los gestos, la acción, la interacción real, la construcción de canales abiertos a la comunicación y el enriquecimiento mutuo. Niegan el crecimiento y mantienen espesos los movimientos que convierten deseos en caos de confusión que llenan de ansiedad bocas que se vuelven tartamudas. 

Sino las detectamos ellas causan un decrecimiento total de cualquier proyecto o propuesta que se manifieste como un sueño, un cuento, un deseo y un reto. Si contamos con ellas revelan un movimiento de expansión que se convierte en técnica, estilo y movimientos sutiles de nacimiento que promueven la creatividad hasta transformarla en la única bandera.

Las circunstancias subyacentes se colocan fuera considerándose externas y también aparecen en huecos internos. Todo equipo artístico ha de contemplarlas sin consideración alguna, de lo que se desprende que todo equipo que quiera ser de alto rendimiento tiene que contar con ellas. 

De las circunstancias subyacentes externas se puede considerar que nace el arte y toda forma de comunicación que recuerde que para explicar, contar y dialogar se precisa de la línea de sucesos pero que es necesario tener en cuenta las líneas emocionales que se entrelazan completando cualquier estructura. Sin ellas no resulta posible el cambio porque el cambio no sería necesario. Si quieres hablar con tu pareja sobre un tema concreto, y te resulta imprescindible llegar a un consenso, tenderás a leer más allá de lo que te cuenta, si quieres establecer, por ejemplo, una particularidad de acción progresista y sabes que tu pareja, vive pegada a argumentos religiosos de gran calado, tú elaborarás un discurso que no tendrá nada que ver con el que dirás, si tu pareja, no mantiene ningún contacto con esas tendencias. Si una empresa quiere abrir caminos pero está ubicada en entornos altamente conservadores, es preciso que pueda leer de donde provienen la tendencias para hablar con ellas. Si eres un grupo de teatro que quiere poner en escena una pieza, en contra de la tortura, justo al lado donde hay una comisaria donde se realizan estas prácticas, tienes que ser consciente antes de encender un foco. Si revisas en tu pieza aspectos de relaciones humanas que crees enfermas en el entorno que vas a hablar tienes que saber hasta donde llegan los cabos que atan conciencias y hasta donde quieres llegar para que te entiendan. 

De las circunstancias subyacentes externas hay dos caminos que se pueden tomar, crees que lo mejor es jugar a ajedrez con ellas o decides que lo más adecuado es comunicar y dialogar con mucha más precisión. De mi experiencia rescato, que jugar al ajedrez, no conviene porque al final no se mueve nada y has perdido todo el tiempo.

De las circunstancias subyacentes internas se puede considerar que nace la lucha del hombre en la sociedad por conseguir la cordura. No puedes ser una persona rígida y exigirte saltar por encima de las nubes. No puedes ser un libertino si tu madre, de marcado carácter religioso, te observa, aún cuando la madre, ya muerta, sólo viva en tus recuerdos. No puedes elegir ser creativo si creíste que la creatividad es mala. Las circunstancias subyacentes internas con un cúmulo infinito de No puedo, No debo, No quiero, No, No, No eterno hasta, justo el momento, en que eliges un "Quizá si puedo" das pasos lentos para darlos luego corriendo y te conviertes en material de cuentos. No hay pieza artística que no provenga de estos juegos en su creador.  No hay pieza, historia o personaje que no ande por los caminos del crecimiento. No hay persona, proyecto o propuesta que no quiera romper barreras suceda esto con plena conciencia o de forma totalmente inconsciente.

Así que yo opto por el esfuerzo de ser consciente de todo el proceso porque, a fin de cuentas, tendré que lidiar con ello, quiera o no quiera.

De la censura a los gritos, la imposición de mi voluntad, con sangre, que así la letra entra, la espera de sueños que nunca serán ciertos, los cuentos que cuenta otros pero que yo ya ni veo, psicofármacos como ansiolíticos, anti depresivos y demás substancias recetadas por un médico o a "prefiero darme cuentas a mi misma y explicarlo de forma creativa a los demás para evitar núcleos enfermos"

A nivel profesional, un lujo saber que existen porque, sin ellas, no existiría el movimiento y adoro el movimiento. Son herramienta de una validez extrema para construir historias con las que comunicar y compartir verdaderas experiencias.

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