jueves, 14 de octubre de 2010

Acciones. Técnicas de actores útiles para todos

Todo el mundo cree conocer a las acciones pero los actores las dividimos en dos tipos, uno te sorprenderá y el otro creerás conocerlo pero no al límite en que lo trabajamos. Desde luego es evidente, que sin acciones, no podrás concretar ninguno de tus objetivos. Es preciso, tener la conciencia de que quieres tomar algo para matar tus ganas de comer, pero sabes, que si no te levantas, te acercas a la cocina, abres tu nevera, sacas tus cacharros y enciendes el fuego, no habrá forma humana de conseguir tu deseo. Pero hay otra acción que ejecutas, sin tener contacto consciente con ella. Antes de levantarte, piensas en la hora, equilibras tus ganas de tomar algo con la necesidad de acabar lo que estás haciendo, tomas una decisión para llegar a la nevera, eliges la conveniencia de saltarte la dieta entablas una conversación interna y eliges entre gusto, apetencia y lo justo. Tomas en cuenta precauciones para encender el fuego. Es lo que llamamos acción interna, sacada a un contexto simple, para que puedas entenderlo así a la primera.


El objetivo nos ha invitado a la aparición de la acción y ella irrumpe en el trabajo como un tornado o tormento extremo, que hasta no haberlo solucionado, no descansas ni un solo momento. La cosa, es que el trabajo sobre las acciones, nunca acaba, ni siquiera después del estreno. O más bien, inicia caminos profundos después de los estrenos.


Los actores distinguimos acciones físicas, de acciones internas y elaboramos complicadas partituras que pretenden engancharse a la coherencia que me permitirá conseguir mis objetivos en escena, mis objetivos como actriz que pretende hacer que entiendas la historia, transmitir el mensaje y comunicar correctamente la historia elegida como pieza artística. También han de aglutinar los mensajes del autor y los del director. Las acciones además de cumplir con todos estos objetivos, al mismo tiempo, deben contemplar la posibilidad de cambiar la estrategia, eligiendo otras acciones, a tiempo real, si se desajustan en el momento de la interacción. Si no tuvieran esa cualidad, tus compañeros en escena y el equipo técnico podrían acabar tirándote lo primero que encuentren a la cabeza.


Creo que es el momento de hacer una apreciación que siempre nos viene a la cabeza cuando oímos "Eres actriz, valla ¿sabrás mentir muy bien?" ¿Alguien cree que en la vida nos tomamos tantas molestias como en escena? Más bien, os aseguro un tema, llegamos a la conclusión de que no es posible, porque en escena sabemos el final de todas y cada una de las situaciones. La vida es otro tema.


Una buena partitura de acciones internas da contenido emocional y coherencia interna a todo lo que realizas en la escena. Sin esta partitura, el espectador, sólo vería un ejercicio totalmente sincronizado pero no lograría emocionarse, enfadarse, reflexionar, identificarse, romperse, construirse y no tendría gracia alguna lo que sucede en el espacio escénico. Pero una buena partitura de acciones internas, sin una perfecta y adecuada partitura de acciones físicas que concentren la información que va sucediéndose, el espectador, tampoco podría emocionarse, enfadarse, reflexionar,  identificarse, romperse, construirse y se aburriría, en extremo, con lo que no sucede en escena.


Ellas tienen un secreto, ellas definen la calidad, el buen gusto y la capacidad de comunicación que tiene el actor. Cuando faltan, el director usa de trucos varios para alejar momentáneamente la atención del espectador, de ese actor, y se dedica a resaltar solo el mensaje global. El trabajo con los actores es individual y grupal.


Otro de los secretos de las acciones es que terminan componiéndose como síntesis poéticas y es este asunto, lo que alimenta algunos rumores de que los colores, los sabores, los ... tienen propiedades mágicas. No es cierto, lo realmente veraz, en este cuento, es que para volverlas mágicos deben estar incluidos, en una partitura de proporciones inmensas, que da, a cada una de las acciones, justificaciones en todos los porqués, para qués, dondes, cuando, qués, quienes del personaje, del actor, del autor, del director, del equipo artístico, de la pieza, del mensaje y del público que vendrá a ver el espectáculo. 


Si alguien creyó que había algo colocado o realizado en un espacio escénico, sin justificación, esta en un error. Las acciones son los cubos donde ubicamos todos los contenidos artísticos.


La técnica que construye partituras sin cesar, no tendría valor alguno, si un actor saliera a escena sabiendo que, siendo el antagonista, no conseguirá su objetivo o siendo el protagonista, no creyera que podría no conseguir lo que desea. Cuando una partitura de acciones es suficientemente buena, el creer o no creer, deja de tener preocupación alguna en ningún equipo de trabajo.


Para mi son fundamentales, porque son ellas, las que en realidad cuentan toda la historia.

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