jueves, 7 de octubre de 2010

Objetivos. Técnicas de actores útiles para todos

Hablando de objetivos pero no como los conoces

¿Explicar un concepto que todo el mundo reconoce? Sin objetivos, no saldrías ni moverías ni un solo dedo. Quedarías parado y ni siquiera te plantearías la diferencia entre una silla y un sofá de cuero. Los objetivos nacen cuando las circunstancias, los vínculos y demás elementos que conforman las escenas, obligan a buscar mejorías en espacios que andar, andan, pero a contrapelo. Los objetivos, manifiestan, a voz en grito, que precisas cambiar las cosas del sitio que diste por válido y que te sirvió hasta el momento. 

Hay diferentes formas de encontrarse con ellos, los hay que te toman por sorpresa aparente, porque si tomas un tiempo para rescatar, circunstancias de todo tipo, vínculos y roces, terminarás en el mismo convencimiento que tienen los actores: Están y cuando la molestia es gorda los verbalizas y los buscas.  Hay filosofías o tendencias que quieren acabar con ellos pero nunca encontré la forma en que puedan desaparecer de forma correcta, evitando la aparición de trastornos de todo tipo en un cuerpo, sea este un cuerpo físico o el cuerpo que se manifiesta cuando pones en pie proyectos. Hay filosofías, políticas o tendencias que intentan satisfacer todos los objetivos pero, no te cuentan, que tus objetivos han de tener en cuenta los infinitos objetivos que hay en tu entorno y que incluso, dentro de ti, hay objetivos que se pelean. 

Descubrir los objetivos que hila tu personaje es la forma más fácil para construir veracidad en todo lo que hace, dice y siente. Luchar a muerte, noche a noche, por conseguir cada uno de los objetivos del personaje, a pesar de saber, que tu personaje no es protagonista de la historia que cuentas, es la única forma de defender tu trabajo en escena. Saber tus objetivos y como los solapas a los objetivos de tu personaje es un arte necesario para no mostrar contradicciones. Saber solapar los objetivos de tu personaje, los tuyos y los del autor que escribe la pieza, la única forma, de no perderse al contar una historia concreta. Saber solapar los objetivos de tu personaje, los tuyos, los del autor y los del equipo artístico, más el público que se sentará en la platea es preciso para lograr una comunicación perfecta. 

Solapar objetivos es la tarea más trabajosa de cualquier equipo que elige montar una pieza artística pero, sin esta tarea, no tienes modo alguno de expresar y transmitir mensajes complejos.

Solapar ¿Que es solapar objetivos? Ningún artista que escriba, componga, coreografíe, dirija, pinte, baile, actúe, cante ... te dirá que los objetivos deben ser iguales, es más, te dirá que sino hay dos objetivos que se opongan, tú no construyes nada, que alguien, quiera compartir luego. Te hablaran de un objetivo común que debe ser seguido por todos, pero que está ubicado fuera del contexto y que tiene infinidad de caminos para llegar hasta el. Pero que para trabajar piezas, el material artístico debe tener tensión dramática y sin ella, no tienes nada. Solapar es dibujar una línea de acciones, individual que va a competir en un campo de lucha por conseguir su objetivo concreto.

El objetivo debe en relación, con otros, ser opuesto generando conflicto creativo. 

Otro secreto del objetivo, es que invita a la aparición de la acción. Un artista de las artes escénicas, construye inmensas partituras de acciones, a diario, para conseguir objetivos que cumplirá o no, dependiendo del personaje que le halla tocado. El artista también construye miles de partituras de acciones concretas para transformar al grupo en escena, transformar al grupo fuera del escenario y las diseña, en colaboración con todos sus compañeros, para transformar al público que, día a día, se acerca al teatro.

Me decía un viejo profesor de teatro que solo hay dos objetivos: Matar al otro y Amar al otro. Yo digo, que solo hay uno, amar al otro, y cuando no te lo permite, elijes matarlo. Aún, no viví, leí o me contaron ni una mísera escena, donde no se den estas premisas sobre el objetivo.

La diferencia con la vida normal está en que el artífice de la ilusión en un espacio escénico, es consciente, de quien ganará y quien perderá en las contiendas y a pesar, de ese conocimiento, sale todas las noches al escenario a luchar por conseguir su línea de objetivos, repitiendo una y otra vez la misma escena. Suerte, que da la vida, es la posibilidad constante de luchar por objetivos dibujando nuevas escenas, aprovechar esa posibilidad, un regalo que hay que saber apreciar.

Empeñarse en repetir la escena una y otra vez, consiguiendo el mismo resultado, noche tras noche, ubica todos tus proyectos de vida y laborales en un contexto de convención teatral nada recomendable sino dispones del objetivo general que manejan los grupos artísticos, que es el de transmitir un mensaje para conseguir una reacción concreta y una reflexión que provoque el diálogo, estarás atado a una silla que te muestra, como un actor, pero de los malos.

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