jueves, 4 de noviembre de 2010

Circo. Arte que busca fusiones.




Circo, arte que busca fusiones.


Hablar de este tipo de artistas es hablar de estructuras que despliegan el máximo esfuerzo para el desarrollo de una tarea concreta. Es hablar de una disciplina que ha aprendido el arte de la reinvención pasando de tener un entrenamiento básico que buscaba la perfección en un sólo ejercicio a ser los observadores y aplicadores más avanzados de técnicas artísticas dispares aunando danza, música y teatro para dar coherencia de pieza escénica a sus ejercicios. Aún dando paseos cortos por la misa en escena, sin embargo, se constituyen como equipos que respetando individualidades logran una capacidad de entrega y una vinculación envidiable con el grupo y la tarea, sus esfuerzos por convertir en belleza la individualidad perfecta de cada uno de sus miembros solo puede ser comparable con la increíble fortaleza de la tarea que busca ahora dar una belleza de conjunto a todo lo que esas personalidades dan por separado.


Ellos, son la manifestación palpable de que con disciplina y esfuerzo físico se puede llevar al limite la explosión de la individualidad en formas distintas. Si bien, la búsqueda de conjuntos que se transformarán en piezas con coherencia de principio a fin, quizá, les quede todavía algo lejos, sin embargo, su actitud ante esta carencia hace que yo termine mostrando mi máximo respeto a unos equipos que logran amoldarse a cuantas pautas escénicas quieras solicitarles. Aún, con anárquicas personalidades, su deseo de comunicación es incalculable. La visión de sus sueños logran despertar poesía en todos los eventos en los que trabajan.


Pero, si de algo pueden hablar estos equipos, es de entrenar capacidades para asumir grandes riesgos. Pueden hablar de hacer increíbles esfuerzos por dominar una tarea poniendo el cuerpo, la mente y el alma entera en ello. Pueden hablar de sincronía en todos los movimientos. De lucha y reto que se convierte en sueños para que otros disfruten. Conocen a la perfección los límites y las formas de saltar esos límites, sin hacer ascos al trabajo o la autodisciplina más férrea. Son fuertes como montañas y duros por dentro y pueden enseñar a todos secretos de vital importancia para hacer de vidas, trabajos y tareas visiones de auténtica belleza. Conocen todos los puntos de apoyo que hace que alguien pueda recorrer distancias inmensas que llevan desde donde estoy hasta donde yo quiera.

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