jueves, 18 de agosto de 2011

Pasión por los eventos de Branding. Otaku

Hasta los tiburones pueden tener fans. El caso es quererlo.
¿Branding? ¿Eventos? ¿Marketing de experiencias?. No entiendo a que te dedicas, me queda grande todo lo que me cuentas. Dice un amigo japonés al que enseño mis diseños de eventos, mientras esboza una leve sonrisa y dibuja una suave reverencia.


Ojo, no te pierdas, querido lector, lo que parece una desestimación no es más que una invitación, increíblemente cortés para que le explique con más detalle mis objetivos y las intenciones que les acompañan.


Otaku, tú lo que haces es diseñar otaku para las entidades y personas que se ponen en tus manos. ¿Lo haces con tu Arte? Lo hago con el Arte en general. 


¿Otaku? ¡Y yo con estos pelos!


Pero para qué generar ansiedad, si lo único que tengo que hacer es preguntar, al menos yo tengo solo una pregunta para mi amigo, él me soltó tres y escondió la que pretendía saber que había en mi corazón. Ahora, preguntar directamente a mi amigo, es estar dispuesto a viajar por infinitos significados que tratan de dibujar en tu mente un concepto que aún no fue inventado para una mente occidental. 


Pasión. Generar pasión. 


Pasión por la tarea y el proyecto en las estructuras internas. Pasión para comunicarlo y compartirlo. Pasión para hacer nacer la pasión en quien se relaciona contigo y con lo que sale de tus manos que ha de crecer en tu cabeza, corazón y tripas. Intentas enseñar, Amor por el camino y no por la meta. Es una gran responsabilidad, la que has tomado, de la que espero todo tu éxito.


Viajar para descubrir interiores. Nunca realicé ni la más mínima acción sin esa pasión, si algo no era de mi agrado, la única solución posible era convertirlo en un juego que atrajera mi atención y del que pudiera aprender. 


Todos los eventos diseñados por mi siempre tuvieron el sello de una personalización, que aún sin manifestarse a las claras, porque no me era pedido, pretendía suplir carencias y sugerir caminos nuevos a todos los implicados en el proyecto. Del miedo, al como lo haces, pasando por la certeza de que el grado de conocimiento en el organizador, no era nunca concluyente para que yo no me saliera con la mía y mientras dejaba que se pusieran las medallas,  yo seguía pretendiendo que la conclusión fuera el aplauso unánime ante la pieza que contenía su concepto de proyecto empresarial, que aún sin mostrar belleza y envuelta en telas de negocios yo podía percibir como un cúmulo de coincidencias de personas, ideas y diferencias que ya tenían una identidad propia que se relacionaba, aún fríamente, con su entorno. 


Las copias infames de tematizaciones y formatos. La pretensión de copiar la fórmula anterior que tuvo éxito o la necesidad de mostrar creatividad pretendiendo apropiarse de ideas simples situadas en el como si o núcleo de la pieza, aún dando resultados, nunca son los resultados que un artista conocedor de procesos puede aportar al evento. Da igual, pues que se apropien de formatos, de programas enteros, incluso de la copia literal del texto de tu pieza, el primo o la competencia, relatando pretendidas acciones en el abaratamiento de costes o carencia de brillos glamurosos, que terminan por no ser ciertos, no hay forma humana de copiar la intencionalidad con la que pueden ponerse en pie y desde luego, no es posible estructurar un evento que apoye al Branding, sino se tienen conocimientos básicos del entramado de las herramientas artísticas o no se tiene y se trabaja duro por conseguir el deseo de levantar pasiones allí donde toquen las palabras, aunque sean palabras sueltas.


Los eventos que llevan y traen grandes cantidades de contenidos con la sana intención de ponerlos a interaccionar en formato de experiencia para compartir y que puedan generar grandes respuestas, me suben y bajan, por los mismos caminos que cualquier puesta en pie de una pieza artística salida de la mente calenturienta de un autor y es ese el juego, que despierta en mi la pasión que solo desea provocar el mismo fuego en quien me observa.


Pasión. Otaku. Llámalo como quieras, pero sin este elemento estás tan perdido como perdidas están las personas, empresas y proyectos que miran atónitas como ya no es posible seguir vendiendo solo Valor Funcional, aunque este sea perfecto.

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