Uy, convencida de que había pasado el contenido de este post desde mi block de notas hasta el cuerpo de este espacio.
¡Disculpas mil por mil! sin embargo, no viene nada mal recordar que detrás de cada acción hay seres humanos y que de ellos puedes extraer aciertos pero también errores que, tomados de forma creativa, abren espectros que amplifican la posibilidad de crear ámbitos de riqueza para todas las partes implicadas en la relación.
Así que, dejo los contenidos olvidados en un block de notas cualquiera, con la promesa de lanzarlo, en breve y tomando riendas de la situación creada por la dificultad contaros que viene a mi mente el juego de los errores de Gianni Rodari, donde "veber" por más que le pese a los ultra defensores de las reglas gramaticales, no es más que una palabra creada para definir, con claridad, un deber absolutamente responsable de beber, como hábito altamente saludable. Quienes velan para el cumplimiento exacto de estas premisas, se llaman "vebedores" y viven en el mundo donde reinan las "pericólosas", preciosas entidades revoloteadoras que otean el horizonte con un periscópio mágico que revela intenciones ocultas en los paisajes desiertos de sus mundos. ¡Upsss! ¿Y a que viene, ahora este cuento que te cuento, sin venir a cuento? Si bien, la capacidad de orden y perfección, plasmada en diferentes ámbitos de nuestras vidas y proyectos precisa atención, no es menos cierto que de "errores" bien aprovechados, puedes, sin lugar a dudas. explorar lo nuevo.
De tal forma queda manifesto este entuerto que, solo aplicando otro concepto de Rodari y su "Gramática de la fantasía" puedes relacionar el juego de los errores, con el binomio fantástico, en este contexto de Branding y estimar que, allí donde gusta estar perfectamente maqueado y envarado, que caiga una acción "indebida", no es más que una oportunidad de enriquecer las relaciones, donde tú puedes verme más humana y la cercanía aflora permitiendo la creación de vínculos más estrechos.
Que no te enredo con cuentos, si te digo que, por donde cae la increíble belleza inflexible de la Imagen Corporativa, es por donde Branding empieza a crear relaciones más óptimas con todos los grupos interesados en sus propuestas.
Que me olvido, me olvidé, que se me rompe, se rompió ... ahora, solo queda elegir entre dos tendencias, ¿Espero que no te hayas dado cuenta y disimulo a lo tonto, rezando para que los colores no lleguen hasta mi cara, en caso de que me señales la falta? O, ¿Te guiño un ojo ;-), suelto una gracieta que te revele mi condición de ser humano y desde allí, te cuento lo que esta eventualidad puede enriquecernos a ambos, en función de lo que yo acabo de aprender?
Y ahora, te guiño el ojo, de nuevo ... ;-) por el camino, no te fustigues que eso, si que no viene al cuento y decirte que te prefiero a mi lado, que no allá abajo, a lo lejos, donde no puedas ver la sonrisa que te lanzo, a la misma vez que el guiño.
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