"Vencer no es convencer" (Miguel de Unamuno).
En la rutina diaria de las relaciones, es la capacidad de estructurar coherencia, de principio a fin, entre lo que dices que haces y lo que haces realmente lo que marca la diferencia real, entre una relación pasajera y otra que se mantiene en el tiempo.
La cualidad de crear juntos, senderos totalmente nuevos, donde todas las partes que están interesadas puedan sentirse satisfechas, es la prioridad en la que se encuentran todas aquellas empresas que buscan un conato de aplicación del Valor de Responsabilidad Social Corporativa, El desarrollo sistemático de formulaciones para implantación de estos conceptos, tanto entre los miembros y procedimientos de todo el tejido empresarial, como en todos los puntos de encuentro con los grupos interesados en el modelo de negocio, es prioritario porque, a fin de cuentas, el Valor de Responsabilidad Social Corporativa, nace de la auténtica necesidad de conseguir una relación más óptima con la comunidad donde vive el proyecto empresarial para poder obtener así la confianza suficiente que les permita una convivencia correcta en el entorno.
Las herramientas que utilizan los equipos artísticos para la transformación sistemática y exitosa de los conflictos en conflictos creativos, dotan de gran valor cualquier intento en este sentido y allí justo donde se busca lo nuevo, es donde lo ya existente y nunca probado por las estructuras empresariales, está ofreciendo pruebas reales en devolución de beneficios desde hace siglos a los equipos artísticos, que siempre han desestimado la palabra cliente para quien compra sus productos y servicios.
Las construcciones, formulas de aplicación y herramientas que terminan configurando la calidad de un equipo artístico, tienen un valor incalculable en los diseños de Imagen de Marcas que de forma irremediable, se ven abocados a la gestión de conflictos y se debaten entre la búsqueda de mejoras en procesos de negociación complejos donde la palabra convencer es la reina o la intensa oleada que mueve la expresión en redes donde de forma manifiesta se es capaz de apreciar que de nada sirven las palabras, sin una acción que las confirme de forma concluyente.
Siendo que el cuento, es protagonista indiscutible de este blog, queda confirmar que cuando se me intenta "vender" Responsabilidad Social Corporativa, hay una niña pequeña que en mi interior, sonríe y dice "pero, ¿No lo veis? el emperador está desnudo", que termina enredada entre las palabras del "Retablo de las Maravillas" de mi amigo Cervantes, pensando ¡Que fácil! sería venderles...! para recordar, entre carcajadas, como una tocha empresa de coches, en este país, me pidió grabara en vídeo mi versión de Hamlet Machine de Heiner Muller para proyectarla a sus grupos de comerciales, con el fin, de lograr un aumento de adrenalina para potenciar las ventas ¿Hamlet Machine? ¿A comerciales .. a vendedores? ¡Uhmm! "El emperador no sabe leer ¿no lo ven?" Para terminar concluyendo, que la Responsabilidad Social Corporativa se gana, a pulso diario, y entrenando formulas correctas para transformar conflictos, y digo la palabra transformar, con plena conciencia, en conflictos creativos.
¡Que niña pequeña ésta que pasea por mi cabeza! Decía mi madre de ella "Eres de pronostico reservado" y allí queda AraceliMasArte, comentando con Araceli Marrero controlando que Coralina de Colores no se nos pierda, porque ella, más que nadie, es la que sabe como pillar un conflicto al vuelo y envolverlo hasta dar con la clave que lo convierte en conflicto creativo del bueno.
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