jueves, 24 de noviembre de 2011

La voces y sus trabajos. Herramienta de actores


"Maestro he recorrido medio mundo buscándole.
¿Qué le ha llevado a emprender semejante
y tan dura empresa?
Dicen que puede enseñar a cantar.
¿No canta usted?
Oh, sí. Canto pero dicen que mi canto es parecido al del cuervo... tal vez pueda enseñarme a cantar como los gorriones.
Puede ser, pero primero me dejará apreciar su canto de cuervo."

Anónimo o más bien, de AraceliMásArte, hace ya mucho tiempo.

No te volveré loquit@ la cabeza, con despliegue de herramientas de uso común entre todo aquel que trabaja a conciencia el uso y disfrute de la voz en entornos profesionales. No hay necesidad, cuando de la red cuelgan miles de propuestas, que aparentan ser diferentes pero que en realidad, son más de lo mismo, en toda su esencia.

Ahora, si que te cuento que aquel que mejor usa este invento, es quien más desea expresar los miles de requiebros que un ser humano es capaz de manifestar en solo una milésima de cada segundo de su vida. Dicen las viejas lenguas del teatro, que hay muchos que hablan y muestran un uso exquisito del instrumento y aún, ni siquiera han visto de cerca un entrenamiento y que, todas aquellas voces que sin conocer, conocen viejos secretos, están adornadas del aquel infinito deseo de comunicar sea cierto, o no cierto, aquello que siente y su cabeza devuelve enredado en palabras que chocan con el viento. 

Y luego, llegamos nosotros, aquellos que prestan voces a quienes muestran exquisiteces en la conformación de textos o piezas que atrapan músicas de desvelos de secretos íntimos o de vergüenzas caídas en cuentos que buscan salidas por moralejas y entuertos y desde allí, te digo, que no hay paisajes más hermosos que los que llegan de dentro, ni nada más alentador que gobernar detalles donde campaba la improvisación más torticera para recordar de que bello material estamos hechos.

El trabajo de la voz, es un viaje eterno, que empieza en la conciencia total de tu olvidado aparato fonador. Allí descubres que el viento es el dueño y que para manejar todo el contexto debes, de nuevo, aprender a respirar. Respirar, al contrario de la vida que se esfuerza por entrar a tus pulmones para recordar que la vida entra, sin que tú la llames y que es la fuerza que imprimas por sacar el aire envenenado desde adentro lo que dará claves de éxito a tus tormentos. Esfuérzate, pues en soltar el máximo aire envenenado y verás como el viento, entra en ti, sin avaricias que te obligan a levantar pesados libros que descansan en tu tripa. Si los libros se revelan y quieren quedarse allí, llámalos mentirosos y tíralos lejos, ellos son para leer y nunca para causarte tormentos.

Después del viento llega la búsqueda de la forma de hacer para que tu cuerpo responda a la orden que manda tu delicado corazón puesto a prueba en palabras y notas que nunca viste a cuento pronunciar. Extrañas mediciones del tempo y el ritmo, extrañas composturas de vocales y consonantes, lúgubres cuevas de inventos que se desvanecen cuando descubres que el tempo y el ritmo, al final, se muestran solo como notas, que tu cuerpo puede bailar. Si las notas te atan de pies y manos, dile a las notas, que dos arriba o dos abajo, da exactamente igual porque tú eres quien decide y tu decisión va más allá que sus tontas ataduras pero, eso sí, nunca te olvides de llegar antes, a lo que después puedes desechar.

Dicen las lenguas sueltas, que canto, hablo, recito bien y le digo, a las lenguas sueltas que canto según por donde me lleva el viento y que las notas son las que hacen bailar mi cuerpo. Dicen las lenguas atadas que canto, hablo, recito "bien" aunque no logran entender porqué y yo le digo a las lenguas atadas que canto, hablo y recito por donde me llevan las palabras. Y mientras, la música que llena casas, calles, bares, parques me resulta más hermosa que aquellas notas de actores que, bien medidas las subidas y las bajadas, en métricas atolondradas, resuenan por escenarios viejos, porque solo lo que me suena como la vida misma, toma la calidez de la vida que pretendo imitar.

Sea como sea, querid@ mío, resulta fascinante ser tu quien elija, justo la a que quiere emitir y lograr emitirla tal cual la imaginas, seas gorrión o seas cuervo.

"Maestro, han pasado años, quizás han pasado siglos y todavía no me ha acercado usted al canto del gorrión.
Sí. Han sido unos años o quizás siglos muy hermosos, apreciando el canto del cuervo."

Anónimo o más bien, de AraceliMásArte, hace ya mucho tiempo.

2 comentarios:

  1. .. . me ha gustado mucho tu pOSt / por aqui pasado / juanjuin

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  2. Gracias JuaJuin,

    Hablar del trabajo de voz se me hacía complicado, quizás, por eso, me he atrevido después de mucho tiempo contando cosas en el blog.

    Un placer corazón

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