Vista panorámica del Teatro Griego de Epidauro |
Hoy toca ser Hamlet, y mañana toca, ser Ofelia, no hay salida para un actor que busca la justificación de las acciones a las que le obliga su personaje y solo encuentra que amar, puedes amarlos a todos, "buenos" o "malos" y no hay opción, más que en un pequeño espacio que deja a su mente, para elegir no impregnar su vida con justificaciones que no le pertenecen.
Nunca supe si fui atraída, al desarrollo de las habilidades que me permiten vivir en escena, por la psicología que me embelesaba en edades tempranas, la fórmula física de fuerzas y direcciones que de la física aprendía a usar para leer escenas que viven en medio de los movimientos sociológicos que estudiaba en profundidad, más tarde, o fue, el mismo concepto de querer estar en escena, lo que me permitió estar atenta y buscar todo lo que podía explicar y ayudar a la profesión a vivir completa en el movimiento de todo mi cuerpo pero, si me queda claro, que ni la una, sin la otra, ni la otra, sin la una, es real que eres y eres, justo en medio de las fuerzas que otros imprimen a tu propia realidad y deseando que puedas ver, exactamente, lo mismo que yo veo, subo a escenarios y bailo para ti, todos los juegos.
Cuando las lenguas que aún no conocen, preguntan, siempre lo hacen creyendo, que hay un modo de esconderse detrás de una careta, y detrás de la careta, te cuento, no hay ni una sola escena que llevada a la vida, pueda construirse igual que la que se vive en escenarios de millones de pueblos y que de jugar y jugar y más tarde jugar extraes que ¿Para que te vas a esforzar en parar el movimiento para dejarlo congelado en el The End, si siempre hay una sorpresa escondida en un después?
Cuando, ahora vuelvas la cabeza y veas que vives entre personas que te son necesarias, observa tranquilamente el movimiento y mira como tu objetivo lucha, es vencido o gana batallas y no pierdas ripio porque, si logras un punto de vista óptimo, puedes encontrar que la belleza real, nace solo de todo ese movimiento.
Ahora, si lo que quieres es profundizar, entender para terminar por no juzgar, repliega tu yo y escóndete detrás de la careta que emplea tu antagonista y por un solo segundo, imagina que puedes justificar, porque detrás solo hay un deseo no cumplido y un sufrimiento inmenso por no haberlo conseguido. Permanece atent@ y verás que, quien vive en lucha contigo, no es más que una parte de ti que no puede aún ver que el mañana, lo habréis construido juntos, si logras verlo, serás protagonista porque el protagonista es aquel que vive colgado de movimiento y si paras y luchas, quedarás en la posición del antagonista que no puede mover ni un solo dedo porque no logra generar ni una visión de futuro y solo batalla para ganar lo que imaginó, ya en el pasado.
A partir de ahí, resulta genial entender carácter, pensamiento, emociones y núcleos enfermos en distintas personalidades pero nunca olvides que sino puedes verlas en pleno movimiento no lograrás disfrutar del paisaje que trae lo nuevo.
Disfruta pues del juego de entender como se construye el ser humano, pero nunca olvides que éste, fue creado para moverse libremente por todo el espacio y que es la capacidad de ver que es lo que se crea en el juego de fuerzas y direccionalidades lo que realmente te traerá la tranquilidad con la que vivirás como protagonista todas tus escenas vitales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario