lunes, 3 de diciembre de 2012

Momentos inolvidables desde dentro de laberinto
















Momentos inolvidables desde el laberinto

Promesas de vida, promesas de aventuras, promesas que te invitan a emprender caminos y un paso, detrás de otro paso y otro paso que adelanta horizontes para encontrar salidas en vericuetos que ya paseaste o en paisajes que aparentan ser nuevos que terminan chocándose contra muros de alturas infinita que se levantan interponiendo el avance, interceptando la impaciencia, mientras la Caperucita que llevas dentro revolotea olvidando que no basta solo con llegar el centro hay que salir vereda arriba visitando caminos totalmente nuevos. 

Desayunas con tu madre un millón de veces y un millón de veces descubres que, si bien aparentaba ser pelirroja, mañana parece más regordeta o increíblemente más delgada y de un tono bastante más moreno. Almuerzas con papá y descubres que por un millón de veces hoy tiene 30 años y que mañana solo tiene 17 para llegar al termino del verano creyendo que va rondando los 60 y terminar el invierno, encontrando que, aún en los ciclos vitales de la vida envueltos, siguen visitándote a pesar de hoy llamarse Fulano y mengana para pasar a llamarse Fulanita y menganito, más tarde y que, romperle las patas al pollo, no lo hace más sabroso en el horno, sino que era el horno pequeño de la abuela, el que generó tradición de tanto éxito.

Laberinto arriba, laberinto abajo ... ¡¡Ven, ven, ven que te presento al Conejo de la Chistera que aunque parecer, pareciera, es tu amigo de infancia "Volteretas", este es nuevo y de a poco, convendrás conmigo en que quizá tenga, el secreto para salir a otra parte, del labertinto, cualquiera!!


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