miércoles, 13 de marzo de 2013

Y tú, que nos lees, prepara el macuto

¡Y tú, que nos lees! prepara el macuto. ¿No pensarás quedarte ahí quiet@?


No lo pensarás ¿verdad? porque, seamos muy serios, subir, bajar, entrar, salir, ir hacia la diagonal izquierda para salir pitando por la diagonal derecha es una de las aventuras más divertidas que puedas acometer y por acometer, mi invitación es más que una sugerencia, un deseo determinado para conseguir el movimiento eterno que te lance, que te impulse a rodar y rodar caminos, hasta que descubras que no más que tu vida, es entera material de puro cuento o leyenda.

Acostumbrad@ estás a que yo me convierta en humos y desaparezca por cualquier rendija, ventana o puerta reptando por todo tipo de superficies, encontrar la posibilidad de crear un nuevo mundo de posibilidades es vivir, vivir y no parar de vivir.

¿Obstáculos? ¿Los tendrías si te quedaras quiet@?

¡Que susto! ¡Y tú, con estos pelos!

Muévete, que si el escritor viejo ya sale, a toda velocidad, por la ventana persiguiendo una perilla que acaba de atarse a una farola cercana, no puedo quedarme, no puedes quedarte esperando solo la necesidad del que te va a contar luego el cuentos. Elegir indumentaria, sin saber a donde vamos, tiene misterio si necesariamente, fuéramos a terminar paseando alfombras rojas o rojas nubes se desplegaran para que que llegáramos a tratar con cortes en palacios lejanos pero, no será el caso y si hiciera falta, solo ata en corto una simple tarjeta de crédito o débito porque cajeros, en cada esquina y cada dos esquinas otros más otro que vomitan dineros, aunque, piensa aún bajando por escaleras doradas en mágicos momentos de público reconocimiento o subiendo por caminos estelares hasta llegas a casa de Juanito el de los rododendros, en ningún momento, ha permitido la imaginación dejar entrar la posibilidad de romper la atención para pensar, como o donde encontramos un simple cajero. Así que toma solo las zapatillas de andar por casa, porque la previsión obliga a estar cómod@, más que cosido en apariencias varias.

Las líneas de acción y las estructuras dramáticas, tienen esa habilidad de extraer lo necesario de entre toneladas de paja inservible, aunque, un rato más tarde, tomas la paja y con dos hilvanes puedes terminar convirtiéndola en protagonista, allí donde parecía que iba a quedar totalmente olvidada.

Tal concepto de extracción para volver, con el tiempo, a tomar la paja que quería ser olvidada es la materia que construye la cualidad de transformación de cualquier elemento que da un nuevo aspecto a la imagen heredada, construida o simplemente permitida y es la base, fundamental, donde aunque lo parezca, no hay historia que pueda ser acabada, dejando el The End para mostrar un punto y final, donde la realidad, es que se abre, solo un punto aparte o seguido, según sean tus necesidades.

Saltando y saltando por la ventana, arrastrando pasos por calles conocidas o volando intenciones de pasos detrás de la dirección que marca una perilla prestada, tomas la aventura por las mismas riendas que a tu disposición pone el propio gusto por dirección tomada.

Volar a lomos de deseos, retrotraer posibilidades para resolver lo aún pendiente, sobrevolar las acciones que ahora ejecutas y sentir que eres tú el protagonista que contará el cuento de esa hermosa vida, que te guste o no, es tuya, entera y preñada de miles de juegos.

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