martes, 5 de mayo de 2015

Momentos inolvidables desde retornos

















Momentos inolvidables desde retornos

Anda que allí lo dejáste olvidado. Te fuiste, caminando despacio, huyendo ... que se muera todo lo feo, gritaba el alma depositando ojos en paisajes donde habrías apostado que la luz calmaba oscuridades de rabietas y eternos nudos gordianos que no se deshacen y que solo estimas pueden romperse a golpe de espada, cortando para salir a donde los hilos no puedan extenderse para ahogar de nuevo tu garganta o atar tus piernas. Silencios para los magos que saben envolver con palabras, ataduras firmes y puñados de arena cegadora para los físicos que golpean con violencia. Allí os quedáis, usad a otros para batallas territoriales, aderezadas con ignoracia, con estupidos velos de atontamiento y tu huyendo, yo huyendo.

A vueltas de las emociones donde los quereres exigen ayudas y donde las ayudas, tienden a tomar tu mano para llevarte otra vez cerca, otra vez al medio de la hoguera. No volverás las guerras. Te vas, me voy cuando la palabra se vuelve fría y de fría, explicas intenciones y de las intenciones te entienden, o no te entienden pero das media vuelta y ahora, ya no despacio, huyendo. Te vas.

¡Tortura! ¡Ay, de mi! convertida en humo salgo por las ventanas. Te espero abajo, en la esquina de tu casa ¡Que alivio!

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