martes, 13 de marzo de 2012

Momentos inolvidables desde la Calma Chicha










Momentos inolvidables desde la Calma Chicha

Paisajes quietos que inmovilizan almas enteras que confiadas llegaban bailando al son del viento y arrulladas por el agua. Mareas que toman forma de piedras estáticas que impasibles, paran cualquier conato de movimiento y que terminan desenmascarando la viva realidad de quien, imaginaba vidas, pero vidas que no siguieran rumbos veloces, marcados por vientos desfavorables, que le traían penas y que, ahora, desespera por ver moverse gota o mota, aunque los rumbos no sean impuestos por vientos favorables. Desfavorables o favorables pero que algo se mueva más allá de las entrañas que gritan que quieren llegar a alguna parte.

No hay corazón que espere y no desespere a que llegue el movimiento, a pesar de mil reniegos, a pesar de mil tormentos y apesadumbrados caminos que no parecen llevar al puerto que buscas, prefieres un millón de veces, caminar hasta que sangren piernas y se agoten brazos de buscar el rumbo, ahora, tocando puertos conocidos, ahora, llegando a nuevos y sin obtener descanso, por el momento, en aquel que tanto buscas.

En un plis, plás, llego a tu casa a golpe de remo. Toco en tu puerta y baja, que después de tanta espera solo quieren caminar mis piernas. Baja y te cuento, que va de que ni martes, ni trece, hombre, que eres tú quien inicia o para el movimiento. 

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