jueves, 21 de junio de 2012

Los caminos son siempre de ida y vuelta

Los caminos siempre llevan a Roma
Tantos mecanismos de ida y vuelta, querido amig@, y al final no "nopasaná" aunque debiera.

Una pausa para acercarte una reflexión que lleva rondándome. Cuentan algunas experiencias que si olvidas tu historia, estás irremediablemente abocado a revivir los errores pasados pero, me quedaba la duda ¿También los acierto?

Sencillamente, los caminos son siempre, de ida y vuelta. Si una vez esforzado, abriste senda, elegir un regreso es posible, de la misma forma y exactamente igual que puedes seguir las sendas de las infinitas posibilidades que se quedan a las puertas de haber sido bailadas, estrujadas y abrazadas.

Que no te engañen las apariencias, en realidad, no eres tú el camino, ni las idas y venidas, te las dan los recovecos, las curvas, ni las rectas que se parten en insinuosas diagonales, eres tú quien lo transita y eres quien elije, en cada una de sus baldosas, seguir o no seguir, dar la vuelta o apartarte de la vereda para recorrer los paisajes que se atan a tus deseos, pero sea como sea y aunque te parezca que viven, todos los caminos, en horizontales perfectas, la realidad es que se dejan caer y subir por las redondeces de un mundo, que quieras o no quieras, de vuelta te traerá hasta la misma Roma que buscaste.

La sospecha de pérdida, te digo, no está en el trecho que no conoces, está en no mantenerte completamente despiert@ en el trecho que caminas. Recomponer los pasos para dar la vuelta, no resulta imprescindible porque Roma está ahí delante y el único regalo que arrastra el movimiento es que cuando te encuentres en sus plazas después de arrastrar contigo todos los caminos, tú seas aquel que dio todos los pasos hasta llegar y no que la Roma sea la protagonista del momento. A fin de cuentas, tu camino, es tu vida y tu vida es más importante, bella, hermosa e imprescindible que cualquier obra nacida de obra humana y tendente a morir consumida por la razón perecedera que trae consigo.

Soñando, planeando, eligiendo, saliendo, caminando y llegando no olvides, que en cada segundo, la verdadera importancia está en todo lo que puedas atrapar, aprender y degustar de cada momento que has pasado en busca de tu objetivo. No hay razón que quede en el tintero que argumente la sospecha de pérdida si no regresas, sea por añoranza al éxito o por huida del fracaso, tú estarás, siempre en el camino que trae y que lleva.

Lo único que queda siempre pendiente es la falta de movimiento, tanto si vas, como si regresas, si a dos jornadas elijes quedarte parado a la vera del camino, te digo, que nunca verás el amanecer brillar en el cielo de la ciudad que querías visitar. Ahora, camina, camina, camina y elige siempre caminar porque por las redondeces que no pareces percibir, los senderos vallas o vengas, siempre te conducirán a Roma y a ver allí brillar el sol de un amanecer dorado y deseado.

Construid@ te quedas, si atiendes a la certeza de que lo más importante de toda la senda, eres tú, luego tú y más tarde cuando la tarde deja caer a la pesada noche tú.


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